“Los militares sudaneses, dirigidos por el general Abdel Fattah al-Burhan, tomaron por la fuerza el gobierno de transición de Sudán y pusieron al primer ministro Abdalla Hamdok bajo arresto domiciliario. Tras casi dos años de importantes reformas en materia de derechos humanos y gobernanza democrática, el golpe puede desestabilizar el país. En particular, pone en grave riesgo los avances históricos que Sudán había realizado recientemente en materia de protección de la libertad religiosa y es un mal presagio para el resto de África”, escribe Sean Nelson en Real Clear. Lea el artículo completo aquí.