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GINEBRA (23 de septiembre de 2020) – Durante un debate con el Experto Independiente de la ONU sobre los Derechos de las Personas Mayores, ADF Internacional emitió una declaración sobre los peligros de la legalización del suicidio asistido para las personas mayores. La organización internacional de derechos humanos observa con gran preocupación el próximo referéndum sobre la legalización del suicidio asistido en Nueva Zelanda y describe las amenazas que esta medida tendría para las personas mayores y vulnerables.

“Una sociedad justa y progresista cuida de sus miembros más vulnerables. Las posibles consecuencias de la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido a través de la Ley de Terminación Libre de la Vida son impactantes. Aunque se supone que la exigencia es muy estricta, la experiencia de otros países demuestra que una vez que se dan los primeros pasos en esta dirección, difícilmente se puede detener la evolución que destruye muchas vidas. Si la dignidad de todo ser humano se condiciona a su estado de salud, esta dignidad pierde su carácter inherente y objetivo. La legalización de la eutanasia y el suicidio asistido ejerce una presión cada vez mayor sobre los ancianos y los débiles, que entonces se sienten inútiles y creen que su vida ya no tiene sentido”, dijo Giorgio Mazzoli, director de Asuntos Jurídicos de ADF International en las Naciones Unidas.

Las consecuencias de la eutanasia para la sociedad

Bélgica es el triste ejemplo extremo de los posibles efectos de la eutanasia en una sociedad. Allí, la eutanasia se legalizó en 2002. En 2014, la ley se amplió a los niños sin límite de edad. El niño más joven al que se le practicó la eutanasia en Bélgica tenía sólo 9 años. Entre 2003 y 2018, el número de personas que perdieron la vida a través de la eutanasia aumentó en más de un 1000%.

Recientemente, ADF International presentó lo que puede ser el último escrito de Tom Mortier en su caso contra Bélgica ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esta es la última oportunidad de Mortier para que se haga justicia por la pérdida de su madre, a la que se le practicó la eutanasia mediante inyección letal en 2012. ADF Internacional sostiene que la ley de eutanasia belga viola el derecho fundamental a la vida.

“No existe el llamado ‘derecho a morir’ en el derecho internacional. Por el contrario, numerosos tratados internacionales de derechos humanos protegen y afirman el derecho a la vida, y esto es especialmente cierto para las vidas de los más vulnerables entre nosotros. El trágico caso de Tom Mortier pone al descubierto la cruel mentira de que el suicidio asistido es bueno para la sociedad. Los enfermos, los que sufren, los ancianos y los débiles merecen nuestro aprecio y cuidado. Las consecuencias de la eutanasia para las personas y la sociedad son tristemente visibles ya en los países que han dado este paso contra la vida. Instamos a Nueva Zelanda a que retome el camino y proteja todas las vidas”, dijo Robert Clarke, subdirector ejecutivo de ADF International y principal representante legal de Tom Mortier.

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ADF International

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Austria